martes, 25 de marzo de 2014

El Palacio de Carlos V en Granada

Carlos V eligió Granada como nueva capital imperial. El Emperador, que se había casado en Sevilla en 1526, había estado en Granada durante su luna de miel (viaje de bodas) y le había gustado mucho la ciudad. 

Vista aérea del Palacio de Carlos V en Granada
(www.corazonsalvaje.mforos.com)
En la fotografía de la izquierda puedes ver una vista aérea del palacio. Como ve la planta del palacio tiene dos formas geométricas: el cuadrado y el círculo. El cuadrado recuerda que el gran Imperio de Carlos V se extendía por todo el mundo, por los cuatro puntos cardinales. El círculo recuerda lo divino: como Dios, la autoridad de Carlos V no tiene ni principio ni fin. El Emperador pensaba que por encima de él mismo sólo estaba Dios y por debajo, todos los demás. 

Vista parcial del exterior
(www.columbia.edu)
El palacio tiene dos cuerpos (pisos). El cuerpo bajo o inferior tiene decoración de almohadillado con aldabas de hierro. El cuerpo alto o superior tiene una decoración que contrasta con la del inferior. En este cuerpo superior vemos pequeñas columnas y frontones de forma triangular. Toda esta decoración la puedes ver en la fotografía de la derecha.

Vista parcial del patio
(www.misutmeeple.blogspot.com)
El interior del palacio se organiza en torno a un gran patio de forma circular. Tiene dos cuerpos con columnas y techos diferentes en cada caso. Todo el patio, como ves a la izquierda, sirve para representar la solemnidad de la corte del Emperador y también simbolizar el poder universal de Carlos V. Fíjate en la proporción de tamaños entre las personas a la izquierda y la columna que está a su lado, y entre esta columna y la altura de todo el patio.

Carlos V no tuvo mucho interés en la construcción del palacio, y por esta razón las obras duraron mucho tiempo. Además, la rebelión y expulsión de los moriscos del Reino de Granada hizo que el Emperador tuviera menos dinero para pagar las obras pues eran los moriscos los que tenían que pagarlo.

(Texto modificado por José I. Iglesia Puig sm. Varsovia 25 de marzo de 2014)

 

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